jueves, 22 de julio de 2010

El matrimonio en religiones no católicas


Boda gitana:

Aunque la comunidad gitana española está muy integrada en la sociedad en general y ciertas costumbres, y tradiciones se van perdiendo, aún quedan algunas formalidades que se manifiestan en especial a la hora del matrimonio.

El ceremonial comienza ya desde la pedida de mano. Los padres de la novia deben decidir si el novio es adecuado para su hija y pueden impedir la boda por mucho amor que exista entre los novios.

En la petición, "quererse pedir" y "decir el sí", participan muchos familiares comandados por los abuelos como símbolo de sabiduría y respeto que acuerdan la boda en ausencia de la novia.

La boda de carácter cristiano, que puede durar varios días, es un acontecimiento en toda la comunidad. En la ceremonia se escuchan cánticos espirituales sin cesar y peticiones y ruegos de los invitados, que los demás corroboran .

Posteriormente se celebra el rito de la castidad consistente en la constatación de la pureza física de la novia, verificando su virginidad.

A continuación se pasa a la música y ritos tradicionales como el lanzamiento de almendras glaseadas, rasgados de las camisas de los varones, novio incluido.

Finalmente, tras la comida, el baile y la música alrededor de una guitarra no pueden faltar.



Boda hindú:

La ceremonia, oficiada por el Brahmán se divide en tres partes: ofrenda al fuego sagrado, unión verdadera en marido y mujer, y el rito de las siete vueltas al fuego.

Boda ortodoxa

Es muy similar a la católica.. Hay intercambio de anillos, imposición de coronas (con la que se convierten en reyes de sus vidas) y tres giros de los novios, padrinos y sacerdote alrededor de una mesa con el Evangelio, una copa de vino y un cirio.



Boda musulmana:

La boda musulmana es en si una fiesta que se inicia en el momento en el que los novios comunican al Imán su voluntad de contraer matrimonio. Las fiestas duran durante varios días, con grandes manifestaciones de júbilo y alegría ante Mahoma.

En la ceremonia, después de la clásica pedida a la familia de la novia, se congregan el juez notario, dos testigos y los invitados, además claro está, de los contrayentes: ambos deben consentir el matrimonio con la presencia del padre la novia.

Se firmará un contrato que ensalza el nombre de Dios y recoge la dote del marido empleada luego en el ajuar y los muebles de la nueva casa. Posteriormente se da lectura al primer capítulo del Corán. El banquete suele estar formado por cordero asado (mechui), el cuscús, pinchos morunos, y de postre cruasán relleno de almendras.




Boda hebrea:

La petición de mano, oficiada por el rabino y en la que se redactan las condiciones del matrimonio, forma parte significativa del evento. Tras la llegada de la novia con sus padres esperada por el novio y los suyos, se colocan bajo el Jupá o palio.

Durante las bendiciones, todos los asistentes deben permanecer de pie.

Tras la bendición del vino, bebido por novio y novia en este orden, los testigos son llamados para verificar la nobleza de los anillos. Luego el novio recita el "Hare at Mekudesht" y coloca el anillo en la mano derecha de la novia, en su dedo índice.

Posteriormente el rabino lee el contrato de matrimonio denominado "Ketubá" que será firmado antes del discurso del Rabino y las siete bendiciones.

Por último se produce la rotura de un vaso de cristal simbolizando las alegrías y las tristezas. La boda no debe celebrarse en sábado, sabbath, ni con fiestas religiosas.




Boda budista:

Los contrayentes adoptan posición sumisa con la cabeza gacha, las manos juntas y los pies inclinados y son uncidos con agua sagrada. Son ofrecidos manjares a los cónyuges y a Buda.

Posteriormente, los familiares bendicen el enlace y se da paso a la fiesta consiguiente.

¿A Quien Invitar?


Por miboda.com

No sólo porque los aforos de los sitios de los banquetes son limitados, sino porque la multiplicación de invitados encarece demasiado el evento por mucho dinero que tengamos de donde tirar.

Además cuanta mayor número, más complicada se hace la organización y más quebraderos de cabeza dará.

Por estos motivos casi siempre hay que establecer un número máximo de invitados. Y aún fijándolo seguro que excede en muchas unidades. Pero el primer objetivo es la limitación.

Y la limitación supone dejar fuera a alguien, a algunos, que se pueden sentir ofendidos, por lo que la diplomacia y la cautela deben entrar en juego en este capítulo.

Hay cuatro grupos que no fallan: familia, amigos, compañeros de trabajo y compromisos.

De este último grupo no se puede recortar demasiado, así que mantengámolos fijos.

La familia, salvo la directa, muy allegada y querida por ambos novios, viene impuesta por los padres de los contrayentes.

Para limitar y de paso evitar invitar a quien no se desea invitar, puede marcarse una regla como sólo hasta el segundo grado de consaguinidad, o los de la misma localidad, o a partir de cierta edad -para evitar una tropa de niños o adolescentes-.

Eso sí, a rajatabla y sin excepciones para no crear discriminaciones. Los demás compromisos y amigos de los padres no suelen tener posibilidad de discusión, pero siempre se pueden excluir los respectivos hijos.

De los amigos, puede filtrarse por lo que se tiene menos contacto, menos grado de confianza o amistad, o los foráneos.

Pero este apartado es tan subjetivo que seguro que generará importantes indecisiones para elegir.

Y no olvidemos a los que se auto invitan, para los que hay que dejar las cosas claras cuanto antes para no crear malentendidos.

A los compañeros de trabajo es complicado filtrarles, pero podemos elegir a los del mismo departamento u oficina, sin olvidar nunca al jefe que se puede sentir muy ofendido de no ser invitado.

Si bien siempre hay jefes odiosos a los que está justificado no invitarles por no tener asegurado disminuir la alegría del día.

Hay que tener previsto respecto de los invitados foráneos, o respecto de todos los invitados si la boda se celebra en un sitio alejado, el alojamiento para el día antes y/o el día después de la boda.

Dependiendo de nuestro presupuesto podremos pagar los gastos a los invitados más directos o con los que queremos tener un detalle especial, a todos o a ninguno.

No hay regla alguna, aunque a quien no se le pague hay que dejarle claro tal extremo porque podemos encontrarnos con sorpresas en forma de facturas no pagadas.

- Por Steven Cid

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lunes, 28 de junio de 2010

Elementos de mesa para el banquete

Entre los utensilios propiamente para comer no debe faltar el bajo plato que puede ser metálico o de porcelana. Encima se sitúan los diferentes platos que según el menú se colocarán a la vez o de uno en uno. Al lado derechos se colocan los cuchillos y cucharas, y a la izquierda los tenedores. Estos cubiertos se sitúan y utilizan en el orden de los platos, de fuera para dentro.

Enfrente de los platos estarán ubicados los cubiertos de postre y ambos lados de estos, el plato con el pan y la tarjeta del menú, y detrás las copas de agua, vino tinto, vino blanco y de licor (si se va tomar en el mismo sitio). Por último, detrás del todo, estará la copa de cava.

Adicionalmente podrán presentarse otros elementos como una pequeña vasija de agua perfumada para los casos en los que puedan mancharse las manos, aunque es preferible no llegar nunca a esto, o un cenicero dependiendo si está permitido fumar o no. La servilleta podrá situarse al principio sobre el plato o en un lateral.

Decoración

La mesa además de los utensilios estrictamente necesarios deberá ser adornada ricamente para manifestar la alegría del evento. Cada mesa deberá identificada con un número bien visible para ubicar a los novios. Más originalmente cada mesa puede ir con un nombre: colores, signos del zodiaco, etc.

Los arreglos florales, bien de rosas de colores, o combinaciones de otras flores domésticas o silvestres, son los más elegidos. Para su presentación existen muchas variaciones, desde elevados sobre la mesa en un sencillo pedestal de barras, hasta recipientes redondos de cristal con las flores dentro. Se pueden utilizar otros elementos como piñas, figuras decorativas o incluso confetis.

El mantel será preferiblemente blanco, admitiéndose encajes y puntillas. Cuanto más blanco mejor, evitando esos manteles relavados con lejía que son en realidad amarillos.

La carta del menú es un detalle que habrá que cuidarse al estilo de la invitación de boda. Sirve para varios usos: para que los invitados puedan conocer lo que resta de comida y así reservarse para el plato que sea su preferido, para dar un toque de distinción o de alegría a la mesa según sea la carta, y por último, con el fin de servir de guía del orden establecido. Por ejemplo se puede reseñar cuando es el momento del brindis, y quién lo hará, o contener consignas, frases o agradecimientos a los invitados.

Por- Steven Cid

Sitiopedia
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domingo, 27 de junio de 2010

¿Cuando Casarse?

La elección de la fecha de la boda es un conjunto de estrategia, suerte y capricho. En las grandes ciudades los lugares de moda tienen lista de espera. No hay que olvidar que hay que coordinar fechas libres para el lugar de la ceremonia, para el del banquete, con las necesidades de los novios, idoneidad para los invitados, y demás detalles.

Hay dos opciones: o esperar largo tiempo a que todos estos factores se pongan de acuerdo, o bien, tener flexibilidad máxima tal que aunque hayamos elegido por ejemplo una iglesia, cambiarla por otra para que coincida la fecha del restaurante, o al revés.

Lo más concurrido suele la iglesia, ayuntamiento o juzgado, así que conviene empezar por ahí. A partir de la fechas alternativas que podamos conseguir encajaremos las demás piezas del puzzle. Lo ideal es conseguir todos nuestros caprichos en cuanto a sitios de celebración, y eso exige paciencia, aunque si tenemos alternativas, mejor que mejor.

Un buen plan es elegir un par de meses como referencia, y de ahí, ir concretando, sin agobios ni prisas. Eso sí, si nuestra pretensión es casarnos en un lugar privado, nadie nos hará competencia, y seremos amos y señores para poder decidir.


¿En qué época?

La inmensa mayoría de los novios rechaza los meses más fríos para su gran día, como pueden ser los comprendidos entre noviembre y marzo. Las temperaturas bajas imposibilitan el lucimiento de novia e invitados, aunque podemos ser originales y tener una boda redundantemente blanca, y de paso ahorrar buena parte del presupuesto, porque los costes serán menores ya que los locales de banquetes de bodas tienen escasa demanda en esas fechas. Además podremos elegir a nuestras anchas sin tener que pegarnos con otros novios por aquél restaurante o aquella capilla romántica. La boda será especial, eso seguro y no seremos unos más de los que se casan en primavera o verano.

Siendo más convencionales, elegiremos la primavera -romántica por naturaleza-, verano o el otoño, que cada vez es menos despreciado. Prima que los novios gocen de buen tiempo, huyendo de la temida lluvia, y que los invitados puedan lucir sus mejores galas, que se muestran mejor con temperaturas acogedoras.

Mayo, Junio y Septiembre, suelen estar masificados en cuanto a coincidencia de novios contrayendo matrimonio. Julio y Agosto también se eligen pero se procuran evitar por no entorpecer las vacaciones de los invitados, y no encarecer el viaje de los novios, que suele ser a continuación de la fecha nupcial, aunque no hay regla para ello. Abril y Octubre, principio y final del buen tiempo, están cogiendo carrerilla para situarse en las fechas de privilegio.

Pero nada garantiza el buen o mal tiempo, aunque siempre conviene cumplir con la tradición de llevar un presente al Convento de las Claras más cercano, antes huevos, pero las Madres hartas de ellos, prefieren dinero.

¿Qué día?

Indiscutiblemente las estrellas son los viernes y los sábados. Ello porque posibilita a los invitados no tener que guardar la compostura y horario del día laboral siguiente.

También es alternativo el domingo por la mañana. Las comuniones se realizan en ese día y no suele haber mayor problema.

Los demás días de la semana acostumbran a estar descartados por el motivo esgrimido, pero como en todo, la originalidad y las necesidades pueden imponerse, y obligar a muchos invitados a dedicar un día libre en su trabajo.

¿Mañana o tarde?

Esta es una de las decisiones que hay que tomar, aunque muchas veces la solución viene impuesta por las circunstancias.

La noche gana terreno al día. El final de la tarde se ha convertido en un lugar más mágico del día para las uniones y las posteriores celebraciones. El glamour de la noche no se puede comparar con el de la mañana, y los novios más elitistas lo prefieren sin pensar.

Como ventajas de celebrar el la boda y el posterior banquete en forma de almuerzo destaca la de no obligar a los invitados foráneos a pernoctar con los inconvenientes que eso tiene, pudiendo volver a sus lugares de origen en el mismo día. Otra virtud es la poder ofrecer una comida más cargada que durante la noche, dónde los estómagos se resienten más.

Asimismo, los salones, carpas y haciendas suelen hacer mejores precios para el día que para la noche, que obliga a pagar más a empleados y servicio.

Pero esta elección suele venir ya decidida en muchas ocasiones por la combinación Iglesia-Ayuntamiento-Juzgado y restaurante o salón de banquetes, que ofrecen sus horarios libres y son los novios los que deben ajustarse a ellos. Recordemos que en ciertos templos con renombre hay listas de espera de años, y los hoteles de más prestigio tienen sus agendas comprometidas en iguales plazos.

La noche, además de su elegancia -lo que arrastra a la de los invitados- permite unir naturalmente el banquete con la posterior fiesta en forma de baile. En un almuerzo queda forzado ponerse a bailar a las 7 de la tarde. Por no citar que muchos invitados, si se hace en sábado, no tendrán que ausentarse de sus obligaciones laborales.

De cualquier manera, esta es una elección que debe tomarse atendiendo a las necesidades de organización, invitados y logística. Si queda margen para la elección, dependerá del gusto de los novios, como quieren pasar el día de su boda y cuanto quieren que dure toda la fiesta.

-Steven Cid

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sábado, 26 de junio de 2010

Financiacion de mi boda



La boda, ya sea en la Iglesia es dónde más gastos se producen, en Juzgado o Ayuntamiento, supone un alto costo económico que hay que tener en cuenta desde el comienzo: vestidos, peluquería y maquillaje, flores, fotografía y vídeo, banquete, música, viaje de novios, etc.

Hoy en día el costo aproximadamente de una boda media suele superar con creces los 12.000 euros. En consecuencia hay que prever de donde va a venir el dinero para pagar cada uno de los gastos.

Si nos atenemos a la tradición, el novio (su familia) compraba el ramo nupcial, pagaba el viaje de novios y aportaba la casa conyugal. Toda la ceremonia, el vestido, adornos, invitaciones, fotos y demás costos de la ceremonia iban a cargo de la familia de la novia.

Actualmente estas costumbres han perdido vigor, excepto la de que el vestido de novia lo sufragan los padres de la novia.

Lo normal y más lógico es que ciertos costos comunes como pueden ser los de la ceremonia, fotografía, decoración floral, música y viaje de novios se pague a medias, bien sea por los novios o por los padres.

Los vestidos y cuidados personales para ese día correrían a cargo de cada novio. En cuanto al banquete, la parte más gravosa, cada parte pagaría de acuerdo a la división de invitados, dejando un fondo común para amigos de ambos.



Pago de los propios novios

Respecto a la división padres-novios, en la actualidad, la media de edad de los contrayentes se ha elevado mucho y estos ya suelen gozar de una capacidad económica tal que les permiten costear la totalidad de la boda, dejando a los padres el gasto de trajes y del convite de familiares más lejanos de cada parte.

Asimismo, ya es está plenamente aceptado que los invitados realicen su regalo directamente en dinero en efectivo, lo que es más práctico para todos, alejando la idea de recibir regalos inútiles, repetidos y hasta ridículamente de mal gusto. Por ello, esta vía se ha convertido en la forma habitual de financiación de las bodas, dejando beneficios para viajes y decoración del futuro o presente hogar.

No hay que olvidar que debido a ese aumento de la edad media de los novios, suelen tener ya una casa ya decorada y equipada, por lo que los clásicos regalos de decoración sobran. Y si no es así, es preferible que los novios elijan a partir del dinero recibido, todo aquello con lo que quieren vivir.

Es clásico odiar ciertos elementos como jarrones, porcelanas o alfombras que hay que mantener en el hogar por si acaso se recibe la visita del regalador de turno.

Y si no se cuenta con suficientes posibilidades presentes o futuras, siempre se pueden recortar los gastos ahorrando en cada uno de los aspectos: vestido mas económico o alquilado, fotografías y vídeo realizado por amigos (para ello hay que elegir una parroquia que lo permita), decoración básica, y convite "íntimo" con los invitados especialmente allegados.

Por último, reseñar que es posible solicitar un crédito bancario para financiar y pagar la boda.

Pero esto hay que hacerlo como último recurso, bien previendo que con los regalos en metálico se puede devolver, o aplazándolo varios meses o años. Puede pensarse que si el matrimonio ya tiene una deuda hipotecaria, no pasa nada por aumentarla un poco con un crédito de tamaño medio o pequeño.

Obviamente, lo ideal es comenzar la relación libre de cargas, pero no siempre es posible.

En cualquier caso, siempre es oportuno realizar el presupuesto de bodas con mucha flexibilidad porque siempre habrá sopresas en forma de gastos de última hora.

- Steven Cid

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viernes, 25 de junio de 2010

Organizacion de una boda


Mi boda es algo más que decirse sí, después de hacer una comida o cena con las personas más próximas, y luego terminar con un viaje de novios.

Todo tiene que salir bien, ya que es una fecha señalada para los dos novios, uno de los días más importantes de sus vidas, que para unos es un sello de amor, para otros un acto formal necesario para crear o afianzar una familia y para otros mero simbolismo, pero siempre importante al fin de al cabo..

Para comenzar debemos decidir globalmente que sensaciones queremos causar a los invitados, que recuerdos deben llevarse: glamour, elegancia, improvisación, espontaneidad, dinamismo, acogida, humor, alegría, solemnidad, cariño, etc. Debemos establecer una idea que marque la boda en general.

A partir de ahí comenzaremos por los trámites, eligiendo primero el lugar de la ceremonia: iglesia, juzgado, ayuntamiento, casa o finca privada, etc. Jugando siempre con nuestra idea global.

Posteriormente el lugar del banquete si no se festeja en la misma casa o finca de la ceremonia, siguiendo el estilo marcado para su elección: restaurante, hotel, salón de banquetes. Teniendo como elemento de decisión el entorno, el menú y el desarrollo de el evento: más elegante, mas informal, más abierto a la improvisación o todo marcado, con el personal de servicio, mesas, vajilla y ambiente más o menos lujoso o bien atrevido.

Tiendo estos dos objetivos apalabrados, debemos bajar a los detalles: decoración de ambos lugares, trajes de los novios, invitaciones, maquillaje y peluquería, protocolo de los invitados, música, fotografía y vídeo, etc.
No hay que olvidar aspectos como la elección de le fecha, la burocracia, la financiación de los gastos, el posterior viaje de novios, administración de confirmaciones, y los demás elementos para que todo salga bien.

Todo ello pueden hacerlo personalmente los novios, con ayuda de padres o familiares, dejándose aconsejar por quien ya ha pasado por esto, o confiar en una empresa o en un experto en organización de bodas para el conjunto del día nupcial o para parte. En mi blog trataremos de ayudarte paso a paso.
La regla es que con cuanta más intensidad e ilusión sea vivido el día, y por supuesto, todos los preparativos hasta llegar ahí por parte de los novios, mejor saldrá.

-Steven Cid



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miércoles, 23 de junio de 2010

El pastel de bodas: escoge el adecuado

Pastel de bodas: La pieza central en la recepción.

Lo primero que las personas ven al entrar al salón de recepción Generalmente es el pastel de bodas. De Manera Tradicional El pastel es de tres o más capas con una cubierta decorativa. El pastel esta cubierto de blanco con decorado elegante, y con un sabor que supera la apariencia.

Para los novios Puede Ser Difícil escoger el pastel de bodas correcto; Existen tantos tamaños, estilos, sabores y cubiertas que dificultan la elección. Afortunadamente los pasteleros Ayudan Facilitando la elección. Muchos de ellos Tienen un portafolio de los pasteles que han Hecho, Así como catálogos de cubiertas para Bodas y más ideas de diseño …

La mejor parte es que muchos le PERMITEN A LOS novios (oa la novia y alguna amiga o familiar) probar cada sabor del pastel, Para Que Estos Sean Capaces de elegir el sabor que disfrutaron más.

Estilos de pasteles de bodas

Tradicionalmente los pasteles de bodas Están cubiertos de blanco o de crema de mantequilla de un color claro. El pastel de sabor vainilla, Y será de tres niveles dependiendo del numero de invitados. El pastel de bodas tradicional es frecuentemente decorado con listones blancos, plateados o perlas doradas comestibles.

De Los pasteles de bodas florales, tiene de base una cubierta blanca, crema o de un color muy claro, y se decora con flores comestibles de dulce.

Algunos pasteles Pueden ser de sabor de alguna flor o la cubierta. El sabor lavanda es muy popular postres para los.

Los diseños contemporáneos de pasteles, Utilizan un culin dulce de caramelo PARA CREAR diseños hermosos y únicos y Pueden ser decorados con pintura comestible, las piezas de culin con color, y la cubierta Crean un pastel de bodas único.

Los pasteles de bodas personalizados son cada vez más populares. El pastel Puede cubrirse de colores que combinen con los colores de los invitados o de la decoración del salón. Otros toques como los arcos de culin, las perlas de dulce o otras decoraciones se agregan al pastel para que el pastel de este Acuerdo al tema de boda Deseado.

Comiendo el pastel

El pastelero necesita saber algunas cosas aparte del estilo del pastel que los novios querrán para la boda.

Lo que incluye la fecha y hora de la recepción, el sabor, el sabor de la cubierta, numero de invitados, y que decoración Será La escogida finalmente.

Los sabores se Deciden Fácilmente probando los que el pastelero tiene a la mano. Una nueva tendencia es Ofrecer tantos sabores como capas tiene el pastel.

La fecha y hora de la boda ES IMPORTANTE Por qué Algunos tipos de pastel (como el de crema helada) o nevados (como el de queso crema) no Pueden Mantenerse en buen estado en las temperaturas Calidas.

El número de invitados a la boda indicaran el número de capas del pastel Así como el tamaño de las MISMAS. Cada pastelero tiene una carta de pasteles para que los novios los vean y escojan la mejor opción para su pastel de bodas.

Los novios Deben recordar guardar una pequeña Porción en el refrigerador para compartir una vez que la fiesta termine.

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